Posterior a un diagnostico de enfermedad, sea potencialmente letal o nó; sobrevienen una serie de interrogantes, dudas e incertidumbres que atacan el pensamiento del paciente, familiares, amigos o personas cercanas. Se genera una serie de especulaciones y dudas hacia el profesional o profesionales encargados de la salud del individuo en relación. No es la exepción en Costa Rica, donde existe incredulidad hacia el sistema de Salud vigente.
La pédida de seguridad que sufren los involucrados ante un diagnóstico y el proceso de duelo que se inicia, es incompresible para la psiquis humana.
Éste proceso de duelo es similar al de una pérdida humana. Aquí se pierde las espectativas de vida, los sueños, planes, proyectos, cotidianeidad del paciente y su entorno. El desgarre emocional es un vahíven según el ritmo permitido por las limitaciones que genere el proceso de Salud-Enfermedad, del éxito de la terapeútica y del apoyo recibido, sin embargo la realidad es una: Es un encuentro del individudo consigo mismo, pese a sus redes de apoyo; el dolor, el temor, el agotamiento, nadie puede evitarlo.
Él o Ella se enfrentan solos, en el camino de la lucha por la vida, por apasiguar el dolor físico o emocional y ante todo a la incertidumbre del desenlace. Es un proceso de duelo inexplorado pero real.
En honor a las Heroínas y Héroes que libran sus propias batallas desde los hospitales cada día.
